
En demostrar que la norteamericana queda obselta para estudiar lo que sucede cuando pasamos la vereda. Para entender que ya no es tiempo de laboratorios a la hora de estudiar un fenómeno tan humano como la comunicación.
Y que, afortunadamente, en Latinoamérica, abandonamos cierta concepción pendular, para sumarnos a un nuevo paradigma, el de la cultura, el cual caerá otra vez y surgirá otro y así.
Porque es inevitable desligarse de los medios, pero también es evitable ser un mediocentrista.
Es un intento, al menos eso (?).
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